Durante estos últimos dos días más de 110 cohetes y
misiles han sido lanzados desde Gaza por los terroristas palestinos sobre
las ciudades del sur de Israel. Más de un millón de personas, ciudadanos
israelíes, viven bajo esta amenaza cotidiana que implica como promedio que
alrededor de tres veces cada hora tienen 15
segundos, a partir de que empieza a sonar la alarma, para salvar sus
vidas y las de sus seres queridos llegando a un refugio. Sé que a algunos
de vosotros les va a sorprender esta información puesto que algunos medios
de comunicación convenientemente "olvidan" mencionar todos estos
datos alegando que no hay víctimas mortales. Tendría mucho más que comentar
al respecto, sin embargo, es otro tema el que me mueve a escribir este post
hoy.
Ayer, mientras se cometían estos ataques terroristas, el
Presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, anunció en El Cairo que
el próximo 29 de noviembre va a presentar en la Asamblea General de la ONU
su plan para reconocer a Palestina como estado miembro de la ONU y dijo además
que, inmediatamente después, retomará las negociaciones de paz.
No es la primera vez que escribo
sobre este intento palestino de ser reconocidos como estado miembro de la ONU
y de convertir así el resultado de un acuerdo de paz en una precondición para
las negociaciones. Sin embargo, en esta ocasión la disonancia es si cabe más
notable y grave porque, una votación de los representantes diplomáticos de los 193
países de la ONU no va a cambiar el hecho de que Abu Mazen no puede
controlar a los terroristas que dominan en la Franja de Gaza. Y como él
mismo lo sabe, es por lo que se mantiene callado respecto a estos ataques. Su
silencio en relación a la amenaza que suponen para la población israelí es
lo mismo que darles el visto bueno.
Esta iniciativa palestina unilateral va en contra de los
acuerdos firmados entre Israel y la OLP y establecen
claramente, por expresa petición de los propios palestinos, que ninguna parte va
a cambiar el estatus jurídico y político unilateralmente. Si Abu Mazen cree que
se puede firmar un acuerdo de paz basado en la violación del acuerdo previo,
está muy equivocado. ¿Quién nos daría garantías entonces de que no va a tratar
ese futuro acuerdo de la misma manera que está tratando el ya existente? De
hecho, en vez de mejorar las posibilidades de volver a la mesa de
negociaciones, lo cual está evitando desde hace 4 años, esta iniciativa lo que
hace es alejarnos más de una posible solución acordada entre Israel y los
palestinos.
Por otro lado, me parece irónico que Abu Mazen haya
elegido el 29 de noviembre como fecha simbólica para llevar a cabo esta iniciativa.
Hace 65 años, el mismo día 29 de noviembre fue cuando la ONU adoptó la
resolución 181 de partición del territorio entre un estado judío y un
estado árabe. Una resolución aceptada por el lado judío, por eso existe el
estado de Israel, y rechazada por los mismos palestinos y países árabes, por
eso existe el conflicto.
Como es costumbre en el cínico y orwelliano mundo de la
diplomacia internacional en la ONU, han convertido esta fecha en el Día
Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino. La ironía reside en
que el mundo celebra la solidaridad con este pueblo el día que simboliza el
error más grave que sus líderes hayan cometido.
Y pensándolo así, no hay mejor fecha para que Abu Mazen cometa
otro grave error, como lo es su actual iniciativa.
Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel