jueves, 31 de mayo de 2012

TAN SOLO UN MINUTO


De joven tuve como entrenador de atletismo a Oz Shapira, el que fue varias veces campeón de Israel en media y larga distancia, sin embargo, eso no es lo más llamativo de su vida. Oz era hijo de Amitzur Shapira, uno de los once atletas y entrenadores israelíes asesinados en el atentado terrorista de los Juegos Olímpicos de Munich de 1972 por la banda terrorista palestina "Septiembre Negro". En memoria de su padre, Oz puso a su club de atletismo el nombre de "Amitzur" (que en hebreo significa "mi pueblo es fuerte").

Aquella madrugada del martes 5 de septiembre de 1972 los terroristas palestinos entraron en las instalaciones de la delegación olímpica israelí y durante esa misma noche, tras dos intentos fallidos de rescate, asesinaron a los once miembros de la delegación, manchando así el espíritu olímpico, dejando un vacío enorme tanto en las familias de las víctimas como en la propia sociedad israelí y generando consternación a nivel internacional.

Esta semana he recordado la historia de Amitzur al conocer una nueva campaña que lleva por nombre "Tan sólo un minuto" (Just a minute).

Parece que durante los últimos 40 años los familiares de las víctimas de dicho atentado han tratado de conseguir la autorización del Comité Olímpico Internacional para llevar a cabo un acto formal de conmemoración de las víctimas del atentado. Su última petición, al aproximarse los Juegos Olímpicos de Londres este año, consiste en que se guarde un minuto de silencio durante la ceremonia inaugural. Petición que ha sido rechazada.

El atentado en Munich en 1972 no fue únicamente un atentado contra la delegación israelí, fue un acto terrorista contra el espíritu de la hermandad humana que simbolizan los Juegos Olímpicos. Y ese minuto de silencio podría hacer recordar a todo el mundo lo frágil que es la solidaridad cuando se enfrenta a las amenazas que representan el terrorismo. Por eso, el centro de la gran fiesta de la apertura de los Juegos parece la ocasión más apropiada para hacerlo debido a que se trata del evento que cuenta con mayor trascendencia.

Para mí, que el Comité Olímpico realizase este acto de recuerdo sería tanto como enviar un mensaje claro y contundente contra la violencia. Por el contrario, ha decidido no hacerlo.

Cuando se trata tan sólo de un minuto.



Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel


martes, 22 de mayo de 2012

EL PUEBLO DEMANDA JUSTICIA SOCIAL DESDE HACE MÁS DE 100 AÑOS

Últimamente los indignados israelíes han vuelto a las calles y a las plazas de Israel y lo han hecho retomando sus exigencias de justicia social. Aquellas protestas, que iniciaron hace casi ya un año y que culminaron en una manifestación de alrededor de medio millón de personas en toda Israel, se han reavivado en vísperas del verano israelí.

Hoy, sin embargo, su grito de "El pueblo demanda justicia social" (Ha am doresh tzedek jevrati) me ha llegado con una fuerza similar desde otro momento del pasado y en un contexto muy distinto.

Hace un par de semanas me invitaron del Centro Sefarad-Israel a dar una conferencia en la Escuela Diplomática de España sobre "La Génesis del Estado de Israel" en el marco del seminario "El Judaísmo: una aproximación a sus orígenes y a su influencia en el desarrollo de Europa y del mundo occidental".

Esta invitación me ha dado la oportunidad de volver sobre los textos del inicio del sionismo, desde aquella primera vez en la que hace casi 20 años los descubrí como alumno de secundaria. Ha sido una experiencia muy interesante y provechosa en un doble sentido. En primer lugar porque creo que el concepto "sionismo" está muy mal entendido en España y esta conferencia ha supuesto una oportunidad para explicar y aclarar algunas cuestiones básicas, por encima de todo, que el sionismo es el movimiento de autodeterminación del pueblo judío. Y, en segundo lugar, porque a veces tenemos que volver a mirar los fundamentos del movimiento sionista para darnos cuenta del enorme avance que hemos hecho en menos de 120 años, desde aquel primer Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897.

Desde esta perspectiva es desde la que analicé los distintos objetivos del movimiento sionista desde su creación, entre ellos, la creación de un hogar nacional para el pueblo judío y el desarrollo de la comunidad judía en la tierra de Israel, la solidaridad judía y la lucha contra el antisemitismo o la gran revolución que supuso el renacimiento del hebreo.

De este modo llegué a uno de sus principales objetivos, la creación de una sociedad ejemplar basada en la igualdad y la justicia social. Aquí es donde parece que los jóvenes indignados de hoy han hecho suya la consigna de sus antepasados-pioneros,  la de la búsqueda de una sociedad solidaria, justa e igualitaria.

Ahora lo que debemos es preguntarnos cuáles son hoy, en el año 2012, los objetivos del movimiento sionista. Y mi percepción es que no hay duda de que todavía nos quedan por cumplir algunos aspectos de los sueños de los fundadores del sionismo.

Por eso quiero terminar estas líneas con una pregunta que también planteé en la conferencia a la que me estoy refiriendo en este post, acerca de si el cumplimiento del principal objetivo del sionismo, es decir, la creación del Estado, hace que el sionismo siga teniendo un papel o por el contrario se haya superado. Y la respuesta mejor que puedo dar a esta cuestión es quizá la que aportaba Amos Oz hace unos meses en una entrevista en El País: "Mientras exista alguien en el mundo que cuestione el derecho de Israel a la existencia, hará falta sionismo".

Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel

jueves, 3 de mayo de 2012

LA DIFERENCIA ENTRE EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA Y EL DÍA DE LA NAKBA

La semana pasada el Estado de Israel celebró el 64º Aniversario de su creación y en pocos días los palestinos conmemorarán su Día de la Nakba (el Desastre), en referencia al mismo hecho.

Aludo a estos dos acontecimientos, que en realidad son las dos caras de una misma moneda, a raíz de la pregunta que me planteó un profesor de Universidad Alfonso III en una conferencia que di a los alumnos de periodismo de dicha Universidad.

Mi intervención versaba sobre la Paz entre Israel y los palestinos y, entre otras cosas, me referí a la oferta del Primer Ministro Ehud Olmert al Presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, tras las negociaciones secretas de 2007-08 bajo el Proceso de Annapolis. Dicha oferta ofrecía a los palestinos una retirada de prácticamente el 100% de Cisjordania y Gaza.

El profesor planteó la cuestión de si el Primer Ministro actual, Netanyahu, hoy podría hacer la misma oferta a Abu Mazen. Y la respuesta equivale justamente a la diferencia que existe entre el Día de la Independencia y el Día de la Nakba.

Me explicaré. En diplomacia internacional existe el término "timing", que en este contexto significa que una oferta tiene una determinada fecha de caducidad, lo cual se aplica evidentemente también a la de Ehud Olmert.

Tal vez incluso se podría analizar todo el conflicto árabe-israelí a través del concepto de "timing" o, como lo expresó Abba Eban, el desaparecido ex ministro de Exteriores israelí y primer Embajador de Israel ante las Naciones Unidas, al decir que "los palestinos nunca han perdido una oportunidad de perder una oportunidad".

Desde esta perspectiva, la oferta de Olmert es una oportunidad perdida, como lo fue también la oferta de Ehud Barak en Camp David en el año 2000, o la oferta de Israel de retirarse de todos los territorios ocupados a cambio de la Paz en la Guerra de los Seis Días.

Todas ellas fueron oportunidades perdidas debido a la respuesta negativa palestina y árabe.

Sin embargo, quizá la primera oferta perdida fue la del año 1947 cuando la Resolución 181 de la ONU, denominada Plan de Partición, fue aceptada por Israel pero rechazada por los árabes. En definitiva, ésta es la diferencia entre celebrar la Independencia o conmemorar la Nakba.

Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel