miércoles, 2 de noviembre de 2011

PALESTINA EN LA UNESCO, UN PREMIO MUY CULTURAL

¿Por qué no hoy, lo que seguro llegará mañana?
(Arik Einstein, de la canción “Avshalom”)


Desde que la Organización de la ONU para la Cultura, la Ciencia y la Educación (UNESCO) ha tomado la decisión de aceptar a la Autoridad Palestina como uno de sus miembros, tanto los medios de comunicación como las redes sociales se han llenado de reacciones en uno u otro sentido. Mientras muchos ven esta decisión como un “premio de consolación” que compensa a los palestinos, debido a su incapacidad para avanzar en su proceso de reconocimiento como miembro de pleno derecho de la ONU, otros muchos la ven como un abandono palestino de los Acuerdos de Oslo y el inicio del fin de la propia Autoridad Palestina, que es precisamente producto de dichos acuerdos.

Las críticas inundan las redes sociales y uno de sus principales argumentos es que la Organización para la Ciencia, la Educación y la Cultura anima así a la cultura violenta, a la educación para el odio y a la ciencia del terrorismo palestino, de cuyos ejemplos hemos sido testigos estos últimos días con los ataques con misiles lanzados hacia Israel desde la Franja de Gaza.

Todo el mundo está de acuerdo de hecho en que esta última decisión no va a cambiar nada sobre el terreno y lo único que consigue es distorsionar la realidad del conflicto. Distorsión que afecta a la pregunta de ¿Sobre qué asunto han votado realmente los países miembros de la UNESCO?

La cuestión primordial no es cómo llevar el conflicto desde los puntos de vista político, militar e internacional con el fin de ganar puntos favorables en un campo u otro. No se trata de conseguir una victoria puntual militar o política. Ni siquiera de ganar un premio que pueda ser considerado un premio de consolación. Lo fundamental es ¿cómo podemos resolver el conflicto y llegar a un acuerdo? En este punto, también muchos están de acuerdo en que el único camino hacia un acuerdo es el de las negociaciones directas entre ambas partes. Un camino que ya ha demostrado, como mínimo en dos ocasiones, que puede conducirnos a una solución.

En consecuencia, la decisión de los palestinos de enfocarse y dedicar sus esfuerzos en recibir estos premios de consolación, tanto en la UNESCO como en otras organizaciones, les impide pensar en la forma de regresar a la mesa de negociaciones para alcanzar así un acuerdo. Acuerdo que, por otro lado, les abriría en un solo día todas las puertas de todas las organizaciones internacionales que ahora están trabajando para abrir con el fin de ser aceptados.

Pensando en esta situación, he recordado que el cantante israelí Arik Einstein tiene una canción sobre la historia bíblica de Avshalom. Para quienes no la recuerden, Avshalom fue el hijo mayor y el favorito del rey David y, como tal, era su sucesor en el reino. Pero Avshalom no quiso esperar y se rebeló contra su padre intentando tomar por la fuerza lo que iba a recibir igualmente poco tiempo después. Y el estribillo de la canción es un símil perfecto de lo que los palestinos están haciendo estos días. ¿Por qué no hoy, lo que seguro llegará mañana?
 


Lior Haiat
Portavoz de la Embajada de Israel