miércoles, 7 de septiembre de 2011

QUIZÁ EL INFORME PALMER LLEGA DEMASIADO TARDE…

El pasado fin de semana la ONU publicó un informe extremadamente importante acerca de los incidentes de la flotilla en 2010. Este informe sobre las investigaciones realizadas fue escrito por el ex Primer Ministro de Nueva Zelanda, Geoffrey Palmer, y tras varios aplazamientos ha visto ahora la luz.

Parte de sus conclusiones debería ser motivo de satisfacción para Israel, ya que demuestra claramente que la gran mayoría de las críticas que entonces se vertieron contra Israel estaban equivocadas. El informe explica contundentemente que, no sólo el bloqueo marítimo a la Franja de Gaza está justificado y es legal (y con eso se desmonta cualquier otra futura iniciativa de intentar repetirlo por parte de los que apoyan a Hamás) sino que, además pone de manifiesto que Israel tenía todo el derecho bajo la ley internacional de detener cualquier intento de violar el bloqueo, como ése fue el caso de la nave Mavi Marmara.

Además, en el informe se desinfla la burbuja de la Flotilla, autodenominada “humanitaria” y falsamente llamada “de la paz”, al explicar claramente que el objetivo de dichos activistas era el de apoyar a un grupo extremista en la Franja de Gaza. Y siguiendo este razonamiento del informe, no es erróneo denominarla “la Flotilla de Hamás”.

Pero mucho más allá que hablar de derecho internacional y de la legitimidad de las acciones israelíes, el informe indica sin género de duda que la causa última de todos estos acontecimientos está en la existencia de una continua amenaza terrorista para Israel por parte de “grupos armados”. Tanto el bloqueo a la Franja de Gaza como también su aplicación al detener los buques que intentan romperlo, son considerados pues parte de la autodefensa legítima del Estado de Israel.

En el informe también hay puntos de crítica hacia Israel en lo relativo al desarrollo de la operación pero, si atendemos a la realidad mediática y de opinión pública que se manifestó en muchos lugares en el mundo, creo que estos puntos críticos se difuminan ante las conclusiones principales.

Y en este punto, la publicación de este informe y su cobertura mediática me han hecho llegar a dos premisas básicas: la primera es que, al igual que la retractación del juez Goldstone, este informe llega tal vez demasiado tarde, una vez que el daño en la opinión pública ya está hecho. La segunda trata del papel de Turquía y de su reacción.

Aunque el informe por un lado cuestiona el papel desempeñado por Turquía y sus relaciones con la organización ultraislamistas IHH, y sugiere que Israel se lamenta frente a Turquía por las bajas de la operación, la reacción turca ante la publicación del informe ha sido echar al embajador israelí en Ankara y rebajar el nivel de las relaciones entre ambos países, antes aliados estratégicos.

Y si bien podemos sentirnos satisfechos por el informe, debemos decir también que no deseábamos llegar a esta situación. No es nuestro deseo aplicar un bloqueo sobre la Franja de Gaza y tampoco es nuestro deseo que nuestras relaciones con Turquía atraviesen una crisis. Creemos, sin embargo, que la reacción turca ha sido desmesurada y deseamos que Turquía vuelva pronto a ocupar un papel de apoyo a la estabilidad de toda la región.



Lior Haiat
Portavoz

P.D.: Me alegro de estar de vuelta con vosotros.